Aquellos pájaros 
desgarran sus entrañas cada día. 
Cumbre de luz, anuncia la mañana 
y es la mañana un hueco blanco 
donde los ojos construyen su morada.  
Acantilado de sombra vuelve 
enorme el rasguño inadvertido, 
vierte lo oscuro y sus secretos 
en la casa de toda mirada y hace 
cenizas de su fuego.   
 Lo negro es otro sol y 
el día una noche desnuda. 
Pájaro de luz, pájaro de sombra, 
son los ojos el escenario de sus combates 
cotidianos y los párpados las alas ciegas que 
muestran el vértigo brillante 
cuando se cierra por completo la noche.